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lunes, 18 de agosto de 2008

Club de lectura "La Ilíada"

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Las Sombras de la mente de Roger Penrose


CRÍTICA:
Si Roger Penrose tiene sombras en su mente, yo tengo nubarrones pues no he pispado ni la décima parte de su libro.
Libro que debería contener en su portada, como el al Academia de Plantón, la siguiente leyenda "En que no sepa matemáticas que no entre", la analogía no es ociosa, Penrose se considera a si mismo un neoplatónico, todo el libre es esencialmente platónico.
Además de muy matemático, no por que contenga muchas matemáticas, prácticamente ninguna. Pero hay que tener una gran familariedad con el lenguaje y lógica matemáticas para seguir los argumentos, o una mente ágil y con retentiva, que no
es mi caso. Penrose se basa en las matemáticas para exponer su tesis, la Inteligencia Artificial es hoy por hoy imposible.
Esto es lo peor del libro que está escrito como si fuera una tesis, que lejos está Penrose de su amigo Hawking a la hora de escribir un libro de divulgación científica para casi todos lo públicos. Aunque quizás sean necesarios los argumentos pormenorizados que utiliza para convencer de sus teorías.
Sostiene Penrose, que la conciencia no es posible desarrollarla con los actuales ordenadores, por mucha capacidad o potencia que posean. El cerebro no funciona como un ordenador, esto es así no tanto en su estructura , que aunque las conexiones entre neuronas se asemejen a los chips informáticos, es a nivel de cada neurona donde esta la diferencia, al ser cada neurona prácticamente un ordenador completo, pero un ordenador cuántico. Para afirmar tal cosa da números detalles, matemáticos, de física cuántica, biología y neurología y nanotecnología, que son el grueso del libro y que por razones obvias, no puedo ni resumir.
¿Pero que significa que las neuronas funcionen cuánticamente? Aquí entramos en unos temas que apenas estamos empezando a atisbar, solo esbozare que en física cuántica nada se parece al mundo que conocemos, véase mi propio post de las supercuerdas. Fenómenos como once dimensiones, universos paralelos, velocidades superiores a la luz, y sobre todo la desaparición del tiempo tal como lo conocemos. En física cuántica el tiempo no corre, solo existe de forma absoluta, pasado, presente y futuro son una misma cosa. Este mismo post ya lo e
scribí, ya estaba escrito antes de teclear ninguna letra, en realidad siempre estuvo escrito.
Penrose no mete en un mundo complicado, eso si, aunque dios exista, los ateos lo seguiremos negando, es cuestión de principios. De fe atea.
Penrose no ha echado un jarro de agua fría a todos los queconfiabamos en la Inteligencia Artificial como una posible evolución y salida a los problemas de la humanidad.
Mas no todo esta perdido, la construcción de un ordenador cuántico hace tiempo que esta en marcha. Precisamente uno de los máximos responsables del proyecto es un español, Ignacio Cirac, del Instituto Max Planck en Alemania.
Ya Penrose habla del ordenador cuántico, rechazando la posibilidad que consiga los mismo resultados que las neuronas biológicas, cuyo funcionamiento señala es electroquímico. La configuración proteínica de ciertosmicrotubulos por los que circulan los electrones sobre una solución acuosa que permite la superconductivilidad en una longitud de onda especial. (Las propiedades mágicas del agua llegan hasta aquí).
Que duda cabe que los humanos estamos lejos de imitar una cosa así, y este primer ordenador cuántico funcionará seguramente a base de lasers, fibra óptica y semiespejos a modo de transistores cuánticos. Será mas parecido al ENIAC original que un PC de sobremesa. Según Penrose este ordenador solo conseguirá más potencia y rapidez, pero nada más. Hay funciones ocultas en el cerebro que lo señalan como un receptor en vez de un generador de ideas. De ideas platónicas según Penrose, del hálito divino según los creyentes.
Pero para nosotros más prosaicos tal vez estemos hablando de los Archivos Akashicos, esa especie de Google cósmico que contiene toda la sabiduría pasada, presente y futura, de donde procedería la consciencia, el alma de los creyentes.
La pregunta del millón, o del trillón de dolares es, ¿Podrá nuestro rudimentario y monstruoso ordenador cuántico abrir esa carpeta akashica?
Penrose En su ilegible libro demuestra científicamente la existencia del alma.
Pero que los creyentes no empiecen a dar palmadas con las orejas, pues desconocemos totalmente cual es la naturaleza de dicha alma. Desde luego nada o muy poco que ver con las fábulas y fantasías que predican las diferentes religiones.
Por lo pronto el ser humano es de la misma naturaleza animal que el resto de los seres vivos (Darwin reivindicado).
Descarto completamente la propuesta de Penrose de un submundo platónico de formas ideales a las que tendería el Universo como si existiera un programa o ADN cósmico.
La idea de un Dios creador, francamente me parece poco creativa. Un mundo tan absurdo no puede ser creado por ninguna inteligencia.
¿Entonces qué?
Ni idea.
Porque de los archivos akashicos, el subconsciente colectivo, los fenómenos paranormales...etc, podrían ser efectos secundarios de algo mas profundo. Una realidad que vaya más allá de la física cuántica y los multiuniversos, a la que seríamos completamente ajenos.
Esto sería una mala pero buena noticia, porque si hay algo más allá de la cuántica, quiere decir que podríamos comprender, aprender y aprehender dicho mundo.
Desde luego no el hombre actual, con una vida tan corta y tan mal organizada política y socialmente. Puede que construyamos un rudimentario ordenador cuántico, que consigamos descubrir el bosón de Higgs, o pisar Marte. Pero de ahí no pasaremos sino se aborda el tema de la ingeniería genética de una forma seria y responsable. Hemos llegado al límite y es necesario superarlo.


El LIBRO:
Roger Penrose, profesor de la Universidad de Oxford, nos plantea en Las sombras de la mente llegar a una comprensión científica de la mente humana, que, en su opinión, no puede reducirse a los esquemas simplistas de
quienes sostienen que la mentalidad consciente procede como un ordenador y puede explicarse en términos de modelos computacionales. Comienza por ello demostrando que la «comprensión» es algo que va mucho más allá de la mera computación, y trata de averiguar de qué modo la consciencia aparece «a partir de la materia, el espacio y el tiempo». Penrose sostiene que mientras las señales neuronales pueden comportarse como sucesos explicables en términos de la física clásica, las conexiones entre las neuronas están controladas a un nivel más profundo, donde debe existir una actividad en la frontera cuántico/clásico. El nivel neuronal que nos describen las representaciones habituales del cerebro es una mera sombra de una actividad más profunda donde debe buscarse la base física de la mente: el campo mecano-cuántico que los humanos experimentamos como consciencia y libre albedrío. Su propuesta, tan atrevida, le obliga a profundizar en aspectos complejos e innovadores de la ciencia, pero deja abierto un camino para que, a través de una selección de las partes más accesibles del libro, cualquier lector pueda seguir con facilidad el argumento que expone.


EL AUTOR:

Sir Roger Penrose, OM, FRS (nacido el 8 de agosto de 1931) es un físico matemático nacido en Inglaterra y Profesor Emérito de Matemáticas en la Universidad de Oxford. Está altamente
considerado por su trabajo en física matemática, en particular por sus contribuciones a la relatividad general y la cosmología. También ha dedicado su tiempo a las matemáticas recreativas y es un controvertido filósofo.
En 1955, siendo todavía un estudiante, Penrose reinventó la inversa generalizada
Penrose consiguió su Doctorado en Cambridge en 1958, escribiendo una tesis sobre métodos tensores en geometría algebraica bajo la supervisión del conocido algebrista y geómetra John A. Todd. En 1965 en Cambridge, Penrose y el físico Stephen Hawking probaron que las singularidades pueden formarse a partir del colapso de inmensas estrellas moribundas.
En 1967, Penrose inventó la teoría de twistores que mapea objetos geométricos de un espacio de Minkowski en un espacio complejo en 4 dimensiones con la signatura métrica (2,2). En 1969 conjeturó la hipótesis de censura cósmica.
Roger Penrose es conocido por su descubrimiento en 1974 de los teselados de Penrose. En 1984 se encontraron patrones similares en la organización de átomos en cuasicristales. Su contribución más importante puede ser su invención en 1971 de las redes de espín, que posteriormente formó la geometría del espaciotiempo en un bucle gravitónico cuántico. Penrose influyó en la popularización de los comúnmente conocidos como diagramas de Penrose (diagramas causales).
En 2006 Penrose editó El camino a la realidad: Una guía completa a las leyes del universo.
Lo que ha vuelto famoso a Penrose, además de criticado, es su teoría sobre la mente. El punto de vista de Penrose es que debe haber algo de naturaleza no computable en las leyes físicas que describen la actividad mental. . También en las ideas de Stuart Hameroff. Tanto Penrose como Hameroff postulan que la mente y el cerebro son dos entidades separables. Hameroff, médico anestesista, lo hace a través de sus estudios sobre los microtúbulos y el citoesqueleto celular, especialmente en las neuronas, mientras que Penrose lo hace desde el teorema de la incompletitud.
El modelo que defiende Penrose, junto con Hameroff, trata de explicar sucesos difíciles de entender a través de las neurociencias convencionales, y para ello se apoya en aspectos revisados de la teoría cuántica (por ejemplo, el concepto de coherencia), así como la existencia de un fenómeno físico, inédito hasta ahora, que parece darse en el interior de las neuronas cuando la función de onda cuántica se colapsa por sí misma en una reducción objetiva orquestada.
Sus consideraciones a favor de los orgánulos celulares mencionados se apoyan en varias sugerencias:
Estas entidades existen en todo tipo de células, con lo que habría una explicación para los comportamientos complejos de seres simples sin sistema nervioso neuronal, como el paramecio.
Debido a que cada neurona contiene una cantidad enorme de microtúbulos, el poder de computación del cerebro se incrementaría en un factor de 10 a la potencia de 13.
Dentro del microtúbulo podría existir un estado especialmente ordenado del agua, llamado agua "vicinal", que podría ayudar a mantener el estado de coherencia cuántica buscado.
La acción de los anestésicos generales podría interferir en la actividad microtubular, hipótesis apoyada por el hecho de que estos anestésicos también actúan sobre seres simples. Ejemplo: amebas o paramecios.
Penrose sugiere que ninguna máquina de computación podrá ser inteligente como un ser humano, ya que los sistemas formales algorítmicos (o sea, los sistemas de instrucciones secuenciadas sobre los cuales están construidas las computadoras) nunca les otorgarán la capacidad de comprender y encontrar verdades que los seres humanos poseen.

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1 comentario:

Leona catalana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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